Profesional de la salud mental explica que señales del TEA se presentan en el primer año de vida
La terapeuta ocupacional Marcela Martínez enfatiza que la asistencia a los controles pediátricos es esencial para descartar aspectos del autismo.
El COSAM comunal atiende a 35 niños, niñas y adolescentes con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Esta condición afecta el neurodesarrollo que dificulta el sistema nervioso y provoca alteraciones en el comportamiento. Las señales se dan en los primeros años de vida.
Según explica Marcela Martínez Rojas, terapeuta ocupacional encargada del Programa de psiquiatría infantil del COSAM, el diagnóstico lo debe hacer un especialista, pero las familias pueden prestar atención a algunos signos:
Alteraciones en la interacción social, donde se identifican a niños que tienen escaso contacto visual, expresiones faciales mínimas. Además, les cuesta identificar las emociones. Poca capacidad para relacionarse adecuadamente. A los niños en general les gusta estar más solos y les cuesta o irrita interactuar con otras personas, esto sumado a que son inflexibles y les cuesta cambiar de una actividad a otra.
También hay dificultades en la comunicación verbal y no verbal, donde hay retraso o ausencia del lenguaje.
Marcela Martínez enfatiza que para ver estos signos es importante que los padres o tutores de los menores asistan a los controles pediátricos. “Las familias pueden ver sintomatologías antes del año de vida, por ello la relevancia de asistir a los controles. El diagnóstico final puede dar entre los 2 y 3 años, ya que los profesionales esperan un tiempo para descartar que sea otra condición”.
La profesional explica que las personas con TEA no nacen con grados, sino que la evolución depende de la intervención temprana que se realice en la edad temprana. “La evolución, en este caso del menor, dependerá de la detección precoz que se haga, del diagnóstico oportuno y de las intervenciones. La familia también tiene y rol importante”.
Para llegar a las prestaciones que realiza COSAM se debe tener una atención en el Cesfam que le corresponda, con el equipo del programa Chile Crece Contigo. “Cuando se detectan características en los controles sanos, se acciona una serie de estrategias para comenzar a visualizar a este niño, donde se van dando algunas señales de alerta”, explicó Marcela.
De igual forma, desde el 2019 hay un espacio de consultoría donde se evalúan casos presentados por el equipo de Chile Crece. Luego de eso, se evalúa si es apto para Cosam. Si el menor es mayor de 6 años o adolescente, el tutor debe acercarse al área de salud mental y solicitar una hora para hacer la evaluación.
A pesar de la pandemia, Cosam está realizando terapia presencial con niños menores de 3 años. Ahí, se les enseña a las familias cómo deben abordar al menor, se trabaja la contención emocional, planes de juegos e intervenciones y sugerencias para la relación en el hogar.
Para niños más grandes la mesa de trabajo “De la niñez y la discapacidad» realiza atenciones vía telemáticas, donde se abordan las problemáticas familiares y necesidades para trabajar en un plan de trabajo.